¿Qué pasa si no pagas el predial? Las consecuencias que debes conocer para no arriesgar tu patrimonio
El pago del impuesto predial es una de esas responsabilidades que llegan cada año y que, para muchas familias, puede representar un desafío en medio de la famosa “cuesta de enero”. Sin embargo, dejarlo para después o simplemente ignorarlo puede traer consecuencias serias que van mucho más allá de una simple multa.

Sabemos que a veces la situación económica se complica, por eso te explicamos de manera clara y directa qué sucede si no pagas el predial, cómo crece la deuda y, lo más importante, qué puedes hacer para evitar problemas y proteger la casa o el negocio que tanto esfuerzo te ha costado construir.
La primera consecuencia: La deuda se convierte en una bola de nieve
Lo primero que ocurre cuando no se paga el predial a tiempo es que la deuda empieza a crecer. No se trata solo de una multa fija. La autoridad fiscal aplica dos conceptos clave:
- Actualización: El monto original de tu adeudo se ajusta conforme a la inflación. Esto significa que, con el tiempo, el dinero que debías “vale más” y, por lo tanto, debes más.
- Recargos: Además de la actualización, se te cobra un interés mensual por cada mes que pasa sin que pagues. Estos recargos funcionan como una penalización por el retraso.

En pocas palabras, la deuda no se queda estática; se hace más grande mes con mes, convirtiendo un pago que quizás era manejable en un problema financiero considerable.
El siguiente paso: Avisos, requerimientos y el Buró de Crédito
Si el adeudo persiste, la Tesorería de tu localidad te enviará notificaciones y requerimientos de pago a tu domicilio. Estos documentos ya no son un simple recordatorio, sino una exigencia formal para que liquides la deuda.

Ignorar estos avisos es una mala idea. No solo la deuda seguirá creciendo, sino que tener un adeudo fiscal con el gobierno puede afectar tu historial en el Buró de Crédito. Esto podría complicarte el acceso a préstamos personales, tarjetas de crédito, financiamientos para un auto o incluso créditos para mejorar tu negocio en el futuro.
¿Pueden quitarme mi casa? El Proceso Administrativo de Ejecución
Esta es la pregunta que más preocupa a todos, y la respuesta es sí, pero es la última instancia y no ocurre de la noche a la mañana. Si después de los avisos y requerimientos no se liquida la deuda, la autoridad puede iniciar un Procedimiento Administrativo de Ejecución (PAE). Este proceso tiene varios pasos:

- Embargo Precautorio: La autoridad puede señalar tu inmueble como garantía de pago. Aunque todavía puedes vivir en él, la propiedad queda “marcada” legalmente y no puedes venderla. En algunos casos, si la deuda es grande, también pueden embargar cuentas bancarias, automóviles u otros bienes a tu nombre.
- Avalúo del Inmueble: Un perito valuador determinará el valor comercial de tu propiedad.
- Remate o Subasta Pública: Si no se llega a un acuerdo de pago, la autoridad puede sacar tu inmueble a subasta pública. Con el dinero obtenido de la venta, se cobra la deuda (incluyendo todos los recargos, multas y gastos del proceso) y, si queda un sobrante, se te entrega.
Es fundamental entender que este es el último recurso de la autoridad y que durante todo el proceso existen oportunidades para negociar y liquidar la deuda.
La mejor solución: Prevenir y buscar alternativas
La forma más sencilla de evitar todos estos problemas es estar al corriente. Los gobiernos de la Ciudad de México y de los municipios del Estado de México ofrecen cada año descuentos por pago anual anticipado durante enero y febrero. Aprovechar estos beneficios no solo te ahorra dinero, sino que te da tranquilidad por el resto del año.

Si ya tienes una deuda, no dejes que crezca más. Acércate a la Tesorería de tu localidad. Muchas veces es posible llegar a un convenio de pago en parcialidades para que puedas liquidar el adeudo de una forma más cómoda y adaptada a tus posibilidades. La clave es no esconderse y dar la cara al problema.






