Willie Colón y Rubén Blades: ¿El fin de la pelea? “Yo nunca digo nunca”
Para los amantes de la salsa, la dupla de Willie Colón y Rubén Blades es sagrada. Juntos crearon “Siembra”, el disco más vendido en la historia del género, y nos regalaron himnos como “Pedro Navaja” y “Plástico”. Por eso, su distanciamiento de más de 20 años ha sido una de las heridas más profundas para los bailadores. Sin embargo, una pequeña luz de esperanza se ha encendido.
En un video reciente, durante su llegada a Panamá, Willie Colón fue abordado por una reportera que le hizo la pregunta que todos los salseros se hacen: ¿habrá un reencuentro con Rubén Blades? La respuesta del “Malo del Bronx”, aunque cautelosa, ha revivido el sueño de millones: “Yo nunca digo nunca, pero… es complicado”.
Una dupla que hizo historia en la salsa
Para entender por qué este pleito es tan importante, hay que recordar la magia que crearon juntos. A mediados de los años 70, bajo el sello de Fania Records, Willie Colón (como productor y arreglista) y Rubén Blades (como compositor y cantante) formaron una de las alianzas más creativas y exitosas de la música latina.

Su música no era solo para bailar; era una crónica social. Hablaban de la vida en el barrio, de la política, de los sueños y las luchas de los latinos en Nueva York. Álbumes como “Metiendo Mano!” (1977) y, sobre todo, “Siembra” (1978), rompieron récords y cambiaron la salsa para siempre. Eran los Beatles de la música tropical.
¿Qué pasó entre los dos gigantes de la salsa? El origen del pleito
A pesar de su éxito, la dupla se separó artísticamente a principios de los 80 para seguir sus carreras en solitario. Sin embargo, la amistad parecía mantenerse. El verdadero quiebre, el que los llevó a no hablarse por décadas, no fue por diferencias musicales, sino por un tema de dinero que terminó en los tribunales.
La historia se remonta a 2003, cuando se reunieron para un concierto masivo en Puerto Rico para celebrar los 25 años del álbum “Siembra”. El evento fue un éxito rotundo, pero la alegría duró poco. Años después, Willie Colón demandó a Rubén Blades, alegando que no había recibido el pago correspondiente por su participación en ese concierto.

Por su parte, el equipo de Blades sostuvo que los pagos se habían realizado correctamente a través de las empresas productoras. El pleito legal se extendió por varios años, creando una herida profunda y un distanciamiento que parecía insuperable. Más que un malentendido, fue una batalla legal que rompió la confianza entre los dos compadres.
Años de distanciamiento y una esperanza que no muere
Desde entonces, la relación ha sido prácticamente nula. Ambos han evitado hablar del otro en entrevistas, y cuando lo hacen, es con una distancia evidente. El conflicto dejó una cicatriz tan grande que la idea de volver a verlos juntos en un escenario parecía imposible.
Es por esta larga y dolorosa historia que sus recientes palabras en el aeropuerto de Panamá cobran un significado especial. Cuando la reportera le pregunta si los Premios Juventud podrían ser el escenario para la reconciliación, la respuesta de Colón, “Yo nunca digo nunca, pero es complicado”, es reveladora. El “nunca digo nunca” es la puerta que deja abierta a la esperanza, mientras que el “es complicado” es el reconocimiento de que las heridas de un pleito legal y personal no son fáciles de sanar.
Mientras tanto, los fanáticos de la salsa en todo el mundo seguirán soñando con el día en que los dos maestros puedan, al menos, darse la mano y recordar la época en que, juntos, hicieron historia.