La historia detrás del himno: “Cali Pachanguero” nació de la nostalgia en Nueva York
Hay canciones que, desde los primeros acordes, nos transportan a un lugar, a un recuerdo, a una fiesta familiar. “Cali Pachanguero” es una de ellas. Este tema, que se convirtió en un himno inmortal del Grupo Niche, esconde una historia de nostalgia y amor por la tierra que no muchos conocen: no nació en las calles de Cali, sino en el corazón de Nueva York, en 1984.
Un llanto en la distancia: la inspiración de Jairo Varela
El maestro Jairo Varela, originario de Quibdó, Chocó, se encontraba en Nueva York en 1984. Lejos de su Colombia, la inmensidad de la “Gran Manzana” contrastaba con el calor de su gente. La inspiración para componer el que sería uno de los temas más importantes de la música latina surgió de un momento profundamente humano. Varela escuchó a un hombre caleño llorar, desconsolado por la lejanía y la imposibilidad de regresar a su tierra.
Ese sentimiento de añoranza conectó de inmediato con el propio Varela. Comprendió que, aunque estuviera en la ciudad más grande del mundo, su corazón no estaba en Central Park, sino en el Parque del Perro en Cali. Esa melancolía fue el motor para escribir una letra que es un verdadero poema a una ciudad que, sin tener mar, se convirtió en un puerto de alegría y resistencia para miles.
Cali: la “Sucursal del Cielo” que baila para sobrevivir
“Cali Pachanguero” es mucho más que una descripción de la ciudad; es la captura de su alma. Cali es una ciudad que se construyó a sí misma con rebeldía y sabor. Ubicada en el Pacífico, adoptó los ritmos del Caribe y los hizo suyos, convirtiéndose en la guardiana de un tesoro musical. Es una ciudad mestiza, con la fuerza de sus raíces negras e indígenas, que aprendió a transformar la adversidad en una sonrisa.
Como se narra en el video, la salsa en Cali no es solo una moda, es una forma de vida, una “salvación”. El baile se convirtió en el lenguaje para superar la tristeza, para que las dificultades dolieran un poco menos y para que la comunidad se mantuviera unida. Es la ciudad de los “melómanos”, esos coleccionistas que cuidan los discos de vinilo como si fueran reliquias sagradas y que mantienen viva la llama de la salsa en cada esquina.
Un himno para los que están lejos
La canción se convirtió en una bandera para todos los colombianos, especialmente para los caleños que, como aquel hombre en Nueva York, se encuentran lejos de casa. Frases como “¡Que todo el mundo te cante, que todo el mundo te mime!” son un deseo colectivo, mientras que “Cali es Cali, lo demás es loma” es una declaración de orgullo inquebrantable.
Jairo Varela logró algo único: creó un himno universal desde un sentimiento muy personal. Le dio a Cali una canción que la representa en su alegría, su diversidad y su capacidad de resiliencia. La música se convirtió en el refugio y la redención para una ciudad que, a través del baile, encontró su identidad y se proclamó no solo como la “Capital Mundial de la Salsa”, sino como la “Capital de la Vida”.
Cada vez que suena “Cali Pachanguero”, no solo se celebra a una ciudad, sino que se rinde homenaje a todos aquellos que han sentido la nostalgia de estar lejos de su hogar, pero que llevan su tierra en el corazón y en los pies, listos para bailar sin importar dónde se encuentren.
