¿Te acuerdas? Así fue la última vez que nevó en el Zócalo de la CDMX

Kenia Espinosa

2025-12-26

El 11 de enero de 1967, los habitantes de la CDMX, especialmente los niños, salieron a las calles a disfrutar de un paisaje que no se ha vuelto a ver en la zona urbana.

El día que la Ciudad de México se vistió de blanco: Recordamos la última gran nevada de 1967

Para muchos habitantes de la Ciudad de México, la idea de ver el Zócalo o el Paseo de la Reforma cubiertos de nieve parece sacada de una película. Sin embargo, para quienes lo vivieron o escucharon las historias de sus padres y abuelos, es un recuerdo nostálgico de un día extraordinario. Hoy se conmemora un aniversario más de la última vez que una nevada cubrió la zona urbana de la capital: el histórico 11 de enero de 1967.

Un amanecer blanco que sorprendió a la capital

Hace 57 años, los habitantes de la Ciudad de México despertaron con una imagen que no se ha vuelto a repetir. Las calles, los parques y los monumentos más emblemáticos estaban cubiertos por un manto blanco. Zonas céntricas como el Zócalo, Chapultepec y Reforma amanecieron con una acumulación de nieve de entre 5 y 10 centímetros.

Las imágenes de la época, que hoy parecen postales de otro mundo, muestran a los capitalinos sorprendidos y maravillados. Niños y adultos salieron a las calles para jugar con la nieve, hacer muñecos y lanzarse bolas de nieve, aprovechando un fenómeno que era completamente inusual para la ciudad. Los techos de los coches, las palmeras de Reforma y los edificios se pintaron de blanco, creando un paisaje inolvidable que quedó grabado en la memoria colectiva.

Es importante precisar que, si bien en las zonas altas de la capital, como el Ajusco o las cimas de Cuajimalpa, la caída de nieve o aguanieve es un fenómeno que ocurre con cierta frecuencia durante los inviernos más fríos, lo extraordinario de 1967 fue que la nevada alcanzó el corazón de la mancha urbana.

¿Por qué nevó en la Ciudad de México ese día?

El evento de 1967 no fue una casualidad, sino el resultado de una combinación perfecta de condiciones meteorológicas. Según los reportes de la época, un frente frío muy intenso avanzó sobre el país, trayendo consigo una gran cantidad de humedad. Justo detrás de este sistema, una potente masa de aire polar provocó un descenso drástico y rápido de las temperaturas.

Esta combinación de humedad y frío extremo fue el “ingrediente” clave. La temperatura en algunas zonas del sur de la ciudad, como Ciudad Universitaria, llegó a registrar hasta -5.5 grados Celsius. El frío fue tan intenso que la humedad en el ambiente se congeló y cayó en forma de nieve sobre la zona urbana, un fenómeno que no ocurría de esa manera desde hacía décadas.

¿Podría volver a nevar en el centro de la CDMX?

La pregunta que muchos se hacen cada invierno es si un evento así podría repetirse. Meteorológicamente, la posibilidad existe. Si se volvieran a combinar los mismos factores —una entrada de humedad significativa seguida de una masa de aire polar extremadamente fría—, el escenario podría presentarse de nuevo.

Sin embargo, hay un factor que lo hace mucho más difícil hoy en día: el crecimiento de la ciudad. En los últimos 57 años, la mancha urbana ha crecido enormemente. La gran cantidad de concreto, asfalto y edificios crea lo que se conoce como una “isla de calor urbana”. Esto significa que la ciudad retiene más calor que en 1967, lo que provoca que la temperatura en el centro sea, en general, más alta que en las periferias. Este calor adicional dificulta que la temperatura baje lo suficiente como para que la nieve se forme y llegue a acumularse en el suelo.

Aunque la probabilidad ha disminuido, el recuerdo de la nevada de 1967 sigue vivo, recordándonos la capacidad de la naturaleza para sorprendernos y regalarnos momentos únicos.

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