“Te Pone la Cabeza Mala”: El disco de Los Van Van que revolucionó la música cubana
En 1997, mientras gran parte de la salsa comercial se movía entre fórmulas conocidas y el auge de la salsa romántica, en Cuba se gestaba una producción que marcaría un antes y un después. Se trata de “Te Pone la Cabeza Mala”, un álbum de Juan Formell y Los Van Van tan diverso y creativo que en Europa fue catalogado como “el Picasso de la Salsa”. Este disco no solo consolidó el sonido de la banda, sino que se convirtió en la banda sonora de una generación.
Un sonido que nació de 30 años de madurez
Para entender la importancia de “Te Pone la Cabeza Mala”, es necesario mirar la trayectoria de la orquesta. Los Van Van, considerados por muchos como “el tren de la música cubana”, no eran ningunos novatos. Para 1997, ya contaban con casi 30 años de carrera, una madurez que les permitió crear un sonido único y rebelde.

La agrupación, fundada por el bajista y compositor Juan Formell, había evolucionado desde sus inicios en la orquesta de Elio Revé. Formell, junto a músicos como el percusionista José Luis “Changuito” Quintana y el pianista César “Pupy” Pedroso, fue el arquitecto del songo, un ritmo que fusionaba el son cubano con influencias del rock y el funk. Esta base rítmica fue el pilar sobre el que Los Van Van construyeron su identidad.
La timba: una respuesta a la salsa de fórmula
A finales de los 90, el debate en la salsa giraba en torno a quién sería el sucesor de figuras como Héctor Lavoe o Ismael Rivera. Mientras tanto, Los Van Van no perdían el tiempo en discusiones; ellos estaban creando música. Ese mismo año, Marc Anthony lanzaba “Contra la corriente”, un álbum de gran calidad musical, pero la propuesta de Formell iba en otra dirección: la consolidación de la timba.
Juan Formell entendía la calle, el lenguaje y, sobre todo, la forma de bailar del pueblo cubano. “Te Pone la Cabeza Mala” es un reflejo de esa conexión. El sonido de Los Van Van no es salsa en el sentido tradicional; es una charanga moderna con trombones, teclados, bajo eléctrico y una potente sección rítmica liderada en este disco por Samuel Formell, hijo del fundador, quien se apoderó de la batería para impulsar el tren musical de la orquesta.
Una delantera de leyenda y su impacto en Colombia
El álbum cuenta con una de las delanteras más recordadas de la música cubana. En ella destacaban tres voces que se convirtieron en ídolos:
- Pedrito Calvo: El hombre del sombrero, con un carisma y una presencia escénica inigualables.
- Mayito Rivera: Un sonero elegante y genuino, con una capacidad vocal que muchos describen como sobrenatural.
- Roberto “Robertón” Hernández: Dueño de una voz poderosa que invitaba directamente al baile.

El impacto de este disco trascendió las fronteras de Cuba. En el Pacífico colombiano, en ciudades como Cali, Quibdó y Buenaventura, y en poblaciones como Robles, Villarrica o Puerto Tejada, la timba de Los Van Van no fue solo una moda, fue una revelación. Se convirtió en un sonido de identidad, un espejo musical para las comunidades afrocolombianas que encontraron en sus tambores y su ritmo una conexión profunda con sus raíces.
Un disco hecho de calle que no envejece
“Te Pone la Cabeza Mala” es una obra que se mantiene vigente porque no está construida sobre fórmulas comerciales, sino sobre la crónica social y la energía de la vida cotidiana. Juan Formell supo capturar la esencia del bailador y transformarla en música.
Por eso, este álbum no envejece. Es un testimonio de una banda en su punto más alto de creatividad, una producción que, como pocas, logra ser compleja en su estructura musical y, al mismo tiempo, irresistible en la pista de baile. Como su propio título lo indica, es un disco que “te pone la cabeza mala”.






