Roberto Roena, el Gran Bailarín: Recordando al Genio del Ritmo en su Aniversario Luctuoso
Hay figuras en la historia de la salsa que son inolvidables no solo por su música, sino por la energía que irradiaban en el escenario. Hoy, en su aniversario luctuoso, recordamos a uno de los más grandes: Roberto Roena, el hombre que nos enseñó que la salsa no solo se toca, se baila y se vive con cada fibra del cuerpo. Un 23 de septiembre de 2021, el mundo de la música latina perdió a su más grande showman, pero su legado rítmico sigue más vivo que nunca.

Conocido como “El Gran Bailarín”, Roena fue mucho más que un percusionista; fue un artista completo, un innovador y una pieza fundamental de la maquinaria de sabor que fueron las Estrellas de Fania.
De la Pista de Baile a los Bongós: Un Talento Innato
La historia de Roberto Roena es única porque, a diferencia de muchos de sus contemporáneos, él no comenzó como músico. Su primer amor fue el baile. Su increíble habilidad para moverse al ritmo de la música lo llevó a formar parte de Cortijo y su Combo en la década de 1950, una de las orquestas más importantes de Puerto Rico.

Fue dentro de esa legendaria agrupación, rodeado de músicos extraordinarios, donde Roena, casi por curiosidad, comenzó a tocar el bongó. Aprendió de oído, observando a sus compañeros, y rápidamente desarrolló un estilo propio. Su talento no estaba en la técnica académica, sino en su oído privilegiado y en su capacidad para sentir el ritmo como nadie. Combinaba sus pasos de baile con el repique del bongó, creando un espectáculo que nadie más podía igualar.
El Nacimiento del Apollo Sound: Una Salsa de Otro Planeta
Tras su paso por Cortijo y su Combo y su participación como miembro fundador de El Gran Combo de Puerto Rico, Roena sintió la necesidad de crear su propio sonido. En 1969, un año histórico para la humanidad por la llegada del hombre a la Luna, fundó su propia orquesta: Roberto Roena y su Apollo Sound.

El nombre no fue casualidad; era un reflejo de su visión innovadora. El Apollo Sound se distinguió por una propuesta musical arriesgada y diferente. Roena combinó la salsa dura con influencias del rock, el soul y el funk norteamericano. Su sección de vientos, con dos trompetas, un trombón y un saxofón, le dio a la orquesta un sonido potente y único que rompió los moldes de la época.
Un Showman Inolvidable con las Estrellas de Fania
Como miembro fundador de la Fania All-Stars, Roberto Roena se convirtió en una de las caras más visibles y queridas del movimiento salsero. En el escenario, era un torbellino de energía. No se limitaba a tocar su bongó; bailaba a su alrededor, lo lanzaba por los aires y lo volvía a atrapar sin perder el compás, todo mientras hacía sonar el cencerro con una maestría que contagiaba a la multitud.

Sus presentaciones eran una clase magistral de lo que significa ser un “showman”. Era el alma de la fiesta, el que conectaba visualmente con el público y el que demostraba que la salsa es, ante todo, una música para gozar.
El Legado de sus Canciones: Himnos que No Mueren
El sonido del Apollo Sound dejó una huella imborrable en el cancionero de la salsa. Canciones como “Traición”, con su inolvidable y dramática introducción, se convirtieron en himnos que aún hoy hacen vibrar cualquier fiesta. Otros temas como “Mi Desengaño”, “Que se sepa”, “Cui Cui” y “Avísale a mi contrario” son piezas fundamentales del repertorio de la salsa dura.
En su aniversario luctuoso, recordamos a Roberto Roena no con tristeza, sino con la alegría que él siempre transmitió. Lo recordamos como el bailarín que se hizo músico, como el visionario que llevó la salsa a la luna con su Apollo Sound y como el showman que nos enseñó que, para sentir el ritmo, a veces solo hay que dejar que el cuerpo hable.