Este mes de agosto, el cielo nocturno será el escenario de un evento conocido popularmente como “Luna Negra”. Aunque su nombre puede sonar misterioso, se trata de un fenómeno con una explicación astronómica clara y que presenta una oportunidad única para los observadores de estrellas.
¿Qué es exactamente una Luna Negra?
El término “Luna Negra” no es una designación oficial utilizada por la comunidad astronómica. Es un nombre popular que se le ha dado a diferentes situaciones relacionadas con la fase de luna nueva. Existen tres definiciones principales para este concepto:
- Luna Negra calendárica: la segunda luna nueva en un mismo mes del calendario.
- Luna Negra estacional: cuando una estación tiene cuatro lunas nuevas, la tercera de ellas recibe este nombre. → El evento de este agosto corresponde a esta categoría.
- Una tercera acepción, menos frecuente: cuando febrero transcurre sin luna nueva, por su menor duración.

¿Cuándo ocurre y por qué no se puede ver?
El fenómeno de la Luna Negra estacional de este año tendrá lugar el próximo 23 de agosto. Sin embargo, no será visible: una Luna Negra es, en esencia, una luna nueva.
Durante la fase de luna nueva, la Luna se coloca entre la Tierra y el Sol, y desde nuestra perspectiva vemos solo el lado oscuro, lo que la hace invisible a simple vista.
Aunque no sea un espectáculo visual, la oscuridad que provoca la ausencia de luz lunar ofrece condiciones ideales para observar estrellas, constelaciones, planetas e incluso galaxias.

Un evento que se repite en ciclos específicos
La frecuencia de las Lunas Negras depende de la definición utilizada. La Luna Negra estacional, como la de agosto, no sucede todos los años.
Se menciona que un evento similar no se repetirá hasta 2027, refiriéndose a la próxima Luna Negra calendárica. Cada tipo tiene su propio ciclo, lo que convierte a estas ocasiones en fechas particulares en el calendario astronómico.
Más allá de interpretaciones culturales o astrológicas, desde la ciencia la Luna Negra es un recordatorio de los ciclos constantes y predecibles del sistema solar: una noche sin luna, un lienzo oscuro perfecto para que otros astros brillen con más intensidad.
