La Universidad de la Salsa: Las Voces Legendarias que Nacieron en Fruko y sus Tesos
Para que una orquesta se convierta en leyenda, necesita más que buenos músicos; necesita una voz que conecte con el alma del pueblo. Fruko y sus Tesos no tuvo una, sino varias de las voces más icónicas de la historia de la música tropical. La orquesta de Julio Ernesto Estrada fue una verdadera “universidad de la salsa”, una escuela de donde se graduaron soneros que luego se convirtieron en estrellas mundiales.
Recordamos a los tres cantantes que, con su talento y sabor, definieron el sonido inmortal de esta legendaria agrupación.
Piper Pimienta Díaz: El Sabor del Showman
Edulfamid “Piper Pimienta” Díaz fue uno de los primeros en darle un rostro carismático a la orquesta. Con su estilo de baile único y su carisma arrollador, era un verdadero showman en el escenario. Su voz grabó uno de los primeros y más grandes éxitos de la orquesta: “A la Memoria del Muerto”. Aunque su tiempo en la banda fue relativamente corto, su interpretación sentó las bases del sabor que caracterizaría a Fruko y sus Tesos.

Wilson “Saoko” Manyoma: La Voz de la Rumba
Si hay una voz que representa la esencia de la rumba y el barrio, es la de Wilson Manyoma, apodado “Saoko” por su grito de guerra en las canciones. Él fue la voz detrás del himno de himnos: “El Preso”. Su interpretación, llena de sentimiento y fuerza, convirtió esa canción en un fenómeno mundial. Además, fue la voz de otros clásicos inolvidables como “Tania” y “El Caminante”. “Saoko” era la voz de la calle, el sabor que ponía a todos a bailar sin remedio.

Joe Arroyo: El Nacimiento de una Leyenda
En 1973, un joven y delgado cantante de Cartagena llamado Álvaro José Arroyo González se unió a la orquesta. Nadie sabía en ese momento que estaban presenciando el nacimiento de una de las más grandes leyendas de la música latina: Joe Arroyo.
Con Fruko y sus Tesos, Joe Arroyo grabó más de 200 canciones y se convirtió en la voz principal de la orquesta durante casi una década. Su increíble versatilidad le permitía cantar desde una salsa dura hasta un lamento nostálgico. Fue con Fruko que su voz se inmortalizó en clásicos como “Los Charcos”, “El Ausente”, “Nadando” y la nostálgica “Manyoma”.

Su tiempo en la orquesta fue su trampolín a la fama. Aquí pulió su estilo único, que más tarde evolucionaría en su propio sonido, el “Joesón”. La combinación de la visión musical de Fruko y el talento descomunal de Arroyo creó una de las duplas más poderosas de la historia de la salsa.
Fruko y sus Tesos no fue solo una banda, fue la cuna de gigantes. Fue la plataforma que le mostró al mundo el increíble talento de los soneros colombianos, dejando un legado de voces que, hasta el día de hoy, son la banda sonora de América Latina.