La historia de “Tiburón”: La canción de Rubén Blades que fue vetada de la radio por 15 años
La música de Rubén Blades, un referente de la salsa y la cultura latina, enfrentó un periodo de silencio en diversas estaciones de radio en Estados Unidos. Durante aproximadamente 15 años, sus canciones no sonaron en ciertas regiones del sur del país debido a que su contenido fue considerado controversial. La razón no se encontraba en el uso de lenguaje explícito o en la descripción de actos violentos, sino en el mensaje político de una de sus piezas más emblemáticas: “Tiburón”.

Este tema, lanzado en 1981 en colaboración con Willie Colón, se convirtió en un éxito bailable en toda América Latina. Sin embargo, detrás de su ritmo contagioso y sus percusiones caribeñas, la letra contenía una crítica directa que no fue bien recibida en el contexto de la Guerra Fría.
¿Qué dice la letra de “Tiburón” y por qué causó polémica?
A primera vista, “Tiburón” parece describir a un animal marino que acecha en la orilla. Frases como “El tiburón que va buscando en la orilla” o “ese tiburón de mala suerte” crean una imagen de peligro en el mar. No obstante, la canción utiliza una metáfora para referirse a la política exterior de Estados Unidos en Centroamérica y el Caribe durante esa época.
El “tiburón” en la canción representa al imperialismo estadounidense, un poder que, según la letra, busca intervenir en los asuntos de naciones más pequeñas. El propio Rubén Blades ha confirmado esta interpretación en diversas ocasiones, explicando que la canción es un reclamo y una denuncia contra el intervencionismo. La letra se vuelve más explícita con versos como: “Pa’ que no se coma a nuestra hermana, la de El Salvador”. Esta línea hace una referencia directa al conflicto armado en El Salvador, donde Estados Unidos tuvo una participación activa apoyando al gobierno militar.
El contexto histórico: La Guerra Fría y la lucha ideológica
Para comprender la magnitud de la censura, es fundamental situarse en el momento en que se escribió la canción. La década de los ochenta estuvo marcada por la tensión de la Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En este escenario, cualquier manifestación cultural que se percibiera como simpatizante del comunismo o crítica al capitalismo era vista con sospecha.

Estados Unidos llevaba a cabo operaciones en varios países de América Latina para evitar la expansión de gobiernos de izquierda. Esto incluía el financiamiento de grupos armados, la desestabilización de gobiernos y el apoyo a dictaduras militares. La canción de Blades y Colón surgió como una voz de protesta ante estas acciones. El coro, “¡En la unión está la fuerza y nuestra salvación!”, fue interpretado como un llamado a la unidad de los países latinoamericanos frente al poderío estadounidense, lo que reforzó la percepción de que era una pieza “subversiva”.
Una censura no oficial pero efectiva
La prohibición de “Tiburón” no se dio a través de una ley o un decreto oficial. Fue un acuerdo no escrito entre varias emisoras de radio, principalmente en el estado de Florida, donde existía una gran comunidad de exiliados cubanos con una fuerte postura anticomunista. Estas radios decidieron dejar de programar la música de Rubén Blades, considerándolo un artista “comunista” y “revolucionario”.

Esta censura informal, pero contundente, silenció la música del artista panameño en importantes mercados latinos de Estados Unidos durante casi tres lustros. La medida no solo afectó a “Tiburón”, sino que se extendió a gran parte de su repertorio. Fue una demostración de cómo la presión política y social puede influir en la difusión cultural, incluso sin una orden gubernamental. Con el tiempo, y el cambio en el panorama político global, la música de Blades volvió a sonar, y “Tiburón” se consolidó no solo como un clásico de la salsa, sino como un himno de resistencia.






