La historia del “Chacabum”: El éxito de Joey Pastrana que nació como una respuesta a sus críticos
Hay canciones que son parte de la banda sonora de nuestras vidas. Suenan en las fiestas familiares, en los bailes de fin de semana y nos traen recuerdos de alegría. Una de ellas es, sin duda, “El Chacabum” de Joey Pastrana, un tema que con su ritmo pegajoso ha puesto a bailar a generaciones.
Joey Pastrana, un visionario rebelde del ritmo
Joey Pastrana fue un músico Nuyorican, un artista atrevido y visionario que formó parte de la vibrante escena musical de Nueva York en los años 60. Antes de lanzar su propia orquesta, este joven timbalero ya se codeaba con grandes figuras. En 1966, por ejemplo, grabó con la orquesta de un joven Bobby Valentin.
En 1967, con su propio proyecto, lanzó el álbum “Let’s Ball”, donde le dio una de sus primeras oportunidades a un vocalista de apenas 16 años que se convertiría en leyenda: Ismael Miranda. Juntos grabaron el tema “Rumbón Melón”, mostrando desde el inicio el sonido único que Pastrana quería crear.
Las críticas que encendieron la mecha creativa
En una época dominada por virtuosos del timbal como Tito Puente o Willie Rosario, famosos por sus solos largos, rápidos y complejos, el estilo de Joey Pastrana era diferente. Él no se enfocaba en solos elaborados, sino en mantener un ritmo sólido y contagioso que sirviera de base para toda la orquesta y, sobre todo, para el bailador.

Esta decisión le valió críticas de parte de la industria y del público. En los conciertos, algunas personas le recriminaban por no “solear” como los otros grandes timbaleros. Le decían que no improvisaba y lo comparaban constantemente con otros músicos.
La respuesta musical que se convirtió en un himno
Lejos de molestarse o cambiar su estilo, Joey Pastrana decidió responder de la manera más inteligente: con música. Su idea fue crear una canción tan poderosa y bailable que no necesitara ni una sola palabra para hacer que la gente se moviera. Quería demostrar que el éxito de su música no dependía de un solo de timbal, sino del sabor del conjunto.
Así nació “El Chacabum”, del álbum “Joey en Carnavale” (1970). El título es una onomatopeya, un sonido que imita el golpe del ritmo. Pastrana le pidió al cantante puertorriqueño Carlos Santos que liderara el tema. La letra es una declaración de principios: “Me dicen que la gente está hablando de mí ya… y la gente quería ¡chacabum!”.
Pastrana le dio instrucciones claras a Santos: quería que cantara con sabor, con picante, con ese toque de calle que conectara con el bailador. El resultado fue un éxito arrollador. El coro “chacabum, cha-ca-bum-bum” se convirtió en un estribillo que todo el mundo podía cantar y bailar. Con esta canción, Pastrana le dijo a sus críticos: “Gané yo. Los puse a bailar con mi música, con el éxito de mi ritmo”.
Un legado que sigue vivo y un mito aclarado
Han pasado 55 años y “El Chacabum” sigue siendo un tema indispensable en cualquier fiesta de música tropical. Su sonido ha sonado en Cali, Caracas, Barranquilla, Ciudad de Panamá y, por supuesto, en México.
Como dato curioso, durante años ha circulado el mito de que la voz que se escucha en “El Chacabum” es la de Héctor Lavoe. Sin embargo, esto es falso. El cantante es Carlos Santos, quien a día de hoy sigue activo en la música. El propio creador del video menciona haber hablado con él recientemente.

La historia de Joey Pastrana y “El Chacabum” es un recordatorio de que en la música, como en la vida, la originalidad y la confianza en uno mismo son las mejores herramientas para callar las críticas y dejar una huella imborrable.






