¿Tus hijos pedirán ‘calaverita’? Conoce el origen de esta tradición mexicana

Kenia Espinosa

2025-10-27

El disfraz de esqueleto o "calaca" es un clásico para celebrar el Día de Muertos y salir a pedir la tradicional calaverita.

Día de Muertos 2025: ¿Cuándo y por qué salen los niños a pedir calaverita en México?

Cada año, al llegar los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, las calles de México se llenan de color y tradición. Junto a las ofrendas y el aroma a cempasúchil, una de las costumbres más esperadas por los más pequeños es salir a “pedir calaverita”. Disfrazados de catrinas, monstruos o personajes populares, los niños recorren casas y negocios con una calabaza en mano, entonando la clásica frase: “¿Me da mi calaverita?”.

Dos niñas disfrazadas de catrinas elegantes con maquillaje de calavera, sombreros negros y vestidos oscuros, posan en la calle durante la celebración del Día de Muertos en México.

Esta práctica, que une a familias y comunidades, es una parte fundamental de la celebración del Día de Muertos. Aunque a menudo se le compara con el “dulce o truco” del Halloween estadounidense, sus raíces son distintas y reflejan una mezcla única de historia, cultura y memoria colectiva en el país.

¿Cuál es el origen de la tradición de pedir calavera?

Existen diversas versiones sobre el inicio de esta costumbre. Una de las más extendidas se remonta a la época colonial. Según el antropólogo Erik Mendoza, la práctica podría datar del siglo XVIII, cuando los fieles acudían a las iglesias el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, para venerar reliquias de santos y pedir por el perdón de sus pecados. Con el tiempo, esta celebración se volvió más familiar y la gente comenzó a honrar a sus propios difuntos.

Grupo de niños con diversos disfraces tradicionales del Día de Muertos, como calaveras, diablo y charro, celebrando en una calle de México.

Otra teoría, señalada por el antropólogo Claudio Lomnitz, vincula la “calaverita” con la “caridad funeraria”. En este contexto, las personas de escasos recursos pedían limosna o alimentos para poder montar una ofrenda digna para sus familiares fallecidos. El acto de dar se convertía en un puente simbólico entre el mundo de los vivos y el de los muertos, donde el receptor representaba al alma del difunto.

Un grupo de niños sonrientes con disfraces de bruja y esqueleto reciben dulces de una persona en la puerta de una casa durante la noche.

También existe una leyenda popular que cuenta la historia de un niño huérfano que, al no tener recursos para su ofrenda, se pintó la cara y salió a pedir comida, pan o fruta para honrar a sus padres.[4] Aunque esta versión no tiene un sustento histórico sólido, forma parte del imaginario colectivo que enriquece la tradición.

¿Qué días se sale a pedir calaverita en México?

La fecha principal para que los niños salgan a pedir su “calaverita” es el 1 de noviembre, día en que la tradición católica celebra a Todos los Santos y que, en la costumbre popular mexicana, se dedica a las almas de los niños difuntos. Es por ello que en las ofrendas de este día abundan los dulces y juguetes.

primer plano de una canasta naranja en forma de calabaza llena de dulces y chocolates, sostenida por un niño disfrazado para pedir calaverita.

Sin embargo, la costumbre se ha vuelto flexible. Muchos niños comienzan a salir desde la noche del 31 de octubre, coincidiendo con la celebración de Halloween. En algunas regiones, la práctica se extiende hasta el 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos, aunque es menos común. Esta adaptación muestra cómo la tradición convive y se mezcla con otras influencias culturales, como la festividad estadounidense, que se popularizó en México a mediados del siglo XX.

De la caridad a los dulces: la evolución de la calaverita

Originalmente, lo que se pedía no eran necesariamente dulces. La “calaverita” podía ser fruta de temporada, pan de muerto o cualquier alimento que sirviera para completar la ofrenda. Con el paso del tiempo y la influencia de Halloween, la costumbre evolucionó hacia la entrega de golosinas, chocolates y otros productos comerciales.

Adultos reparten dulces de un tazón grande a un grupo de niños disfrazados en el patio de una casa decorada para Día de Muertos.

Lo que no ha cambiado es el espíritu comunitario de la celebración. Familias enteras participan, ya sea acompañando a los niños en su recorrido o preparando dulces para repartir. En distintas partes del país, la petición se acompaña de cánticos y rimas particulares. Por ejemplo, en Puebla se entonan versos para agradecer cuando se reciben dulces y otros de “desconsuelo” si la puerta no se abre.

 Cuatro niños con las caras pintadas como calaveras y personajes de terror muestran sus coloridas canastas de plástico para pedir calaverita en la noche.

La tradición de “pedir calaverita” es más que un simple juego infantil. Es una forma en que las nuevas generaciones se apropian de una de las festividades más importantes de México, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2008. A través de esta práctica, se enseña a los niños sobre la memoria, el respeto a los antepasados y la forma particular en que la cultura mexicana concibe la vida y la muerte.

Niños con maquillaje de calavera reciben dulces de un adulto en medio de una multitud durante una celebración pública del Día de Muertos en México.
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