Día de Muertos 2025: Consejos para que tu ofrenda sea un altar de amor y no de riesgo
La ofrenda de Día de Muertos es una de las tradiciones más hermosas y nostálgicas de México. Es un rincón en nuestro hogar lleno de amor, recuerdos y sabores, dedicado a aquellos que se nos adelantaron. Llenamos el altar con flores de cempasúchil, el pan de muerto, los platillos que les gustaban y, por supuesto, las veladoras que iluminan su camino de regreso a casa. Sin embargo, en medio de esta celebración tan especial, es fundamental no olvidar la seguridad de nuestra familia y nuestro hogar.

Cada año, instituciones como el Heroico Cuerpo de Bomberos y la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) emiten recomendaciones para evitar que estos altares se conviertan en un punto de riesgo. Un pequeño descuido puede provocar un accidente. Por ello, es importante seguir algunos consejos prácticos para que nuestra única preocupación sea disfrutar de la compañía espiritual de nuestros seres queridos.
El peligro silencioso: Veladoras y el riesgo de incendio
Las velas y veladoras son el elemento que más atención requiere en una ofrenda. Su llama, aunque pequeña, puede iniciar un incendio en cuestión de segundos si no se maneja con precaución. La principal recomendación es la supervisión constante.

De acuerdo con la informacións de Protección Civil, nunca se deben dejar las veladoras encendidas sin que alguien esté en casa o mientras la familia duerme. Es fundamental apagarlas antes de salir o al ir a la cama. Para mayor seguridad, se sugiere colocar las veladoras sobre un plato de cerámica con agua; si la vela se cae, el agua ayudará a apagar la flama de inmediato. Además, es crucial mantenerlas alejadas de cualquier material inflamable como cortinas, manteles, flores secas y, especialmente, del papel picado que adorna el altar.
Cuidado con las luces y las conexiones eléctricas
Muchas familias complementan la iluminación de sus ofrendas con series de luces navideñas o de otros tipos. Aunque son una alternativa más segura que el fuego, las instalaciones eléctricas también tienen sus propios riesgos si no se revisan adecuadamente.

Antes de conectar cualquier serie de luces, es importante verificar que los cables no estén pelados, rotos o enredados. Un cable dañado puede generar un cortocircuito y, con ello, un incendio. También se debe evitar sobrecargar los enchufes o multicontactos. Conectar demasiadas series en una sola toma de corriente puede sobrecalentarla. Por último, hay que tener mucho cuidado con los líquidos. Si la ofrenda incluye vasos con agua, botellas o cualquier otra bebida, hay que asegurarse de que estén lejos de las conexiones eléctricas para prevenir un accidente.
Mantén a salvo a los más vulnerables: Niños y mascotas
La curiosidad de los niños y las mascotas puede ser un factor de riesgo. Los colores llamativos, los olores de la comida y las luces parpadeantes hacen de la ofrenda un lugar muy atractivo para ellos. Un movimiento brusco o un juego descuidado podría tirar una veladora o provocar que algún objeto caiga.

Se recomienda instalar el altar en un lugar estable y, de ser posible, fuera del alcance directo de los niños más pequeños y de las mascotas. Los cerillos y encendedores deben guardarse en un lugar seguro, lejos de su vista y alcance. En el caso de los animalitos de compañía, hay que recordar que algunos alimentos de la ofrenda, como el chocolate, pueden ser tóxicos para ellos, por lo que es importante vigilar que no los ingieran.
Recomendaciones adicionales para una celebración segura
Además de los puntos anteriores, Protección Civil suele añadir otros consejos para garantizar que la tradición transcurra sin incidentes. Si se utiliza incienso o copal, es importante colocarlo en un recipiente de barro o metal resistente al calor para evitar quemaduras en las superficies.

También es fundamental asegurarse de que la estructura del altar sea firme. Si se usan cajas de cartón o mesas poco estables, el peso de los elementos de la ofrenda podría vencerlas. Finalmente, se aconseja tener a la mano un extintor o, en su defecto, una cubeta con agua o arena para poder actuar rápidamente en caso de que se inicie un fuego pequeño. Celebrar nuestras tradiciones con amor también significa hacerlo con responsabilidad.







