¿Compraste un arbolito natural? Guía para que te dure fresco hasta después de Reyes
La llegada de la Navidad trae consigo la ilusión de decorar la casa, y para muchas familias, el aroma a pino es fundamental. Si este año decidiste comprar un árbol natural, es importante que conozcas los cuidados necesarios para mantenerlo fresco, verde y seguro durante toda la temporada decembrina.

Un árbol bien cuidado no solo luce más bonito, sino que también reduce el riesgo de incendios al mantenerse hidratado. Aquí te presentamos una guía práctica para que tu arbolito luzca radiante hasta el Día de Reyes.
La elección del árbol: el primer paso para el éxito
Todo comienza en el lugar de compra. Antes de llevarte un árbol a casa, asegúrate de que esté fresco. Un truco sencillo es pasar la mano por una de sus ramas; si las agujas (hojas) se caen con facilidad, es probable que el árbol ya esté seco. Otro indicador es el color: busca un verde intenso y vibrante.

El tronco también te da pistas. La base debe sentirse ligeramente pegajosa al tacto por la resina. Si tienes la oportunidad, levanta el árbol y golpéalo suavemente contra el suelo. Si caen muchas agujas, es mejor que elijas otro.
El corte del tronco: un paso que no te puedes saltar
Una vez que llegues a casa con tu árbol, y antes de colocarlo en su base, es fundamental realizar un nuevo corte en el tronco. Pide que te ayuden a cortar aproximadamente dos o tres centímetros de la base.

Este paso es crucial porque, desde que el árbol fue cortado en el bosque, la resina ha comenzado a sellar la base, lo que le impedirá absorber agua. Un corte fresco abre de nuevo los “poros” del tronco, permitiendo que se hidrate correctamente desde el primer momento.
La ubicación ideal para tu árbol de Navidad
El lugar donde coloques tu pino es determinante para su duración. Busca un sitio fresco en tu casa, alejado de fuentes de calor directas. Esto incluye radiadores, chimeneas, estufas e incluso ventanas donde pegue el sol directamente durante varias horas al día.

El calor acelera el proceso de deshidratación, provocando que el árbol se seque más rápido y sus agujas comiencen a caer prematuramente. Un lugar fresco y con buena ventilación, pero sin corrientes de aire fuertes, será perfecto.
El riego: la clave para mantenerlo verde y frondoso
El agua es el elemento más importante para el cuidado de tu árbol natural. Desde el momento en que lo instales, debes asegurarte de que la base siempre tenga agua. Durante los primeros días, un árbol puede consumir entre uno y cuatro litros de agua diarios, dependiendo de su tamaño y de la temperatura de tu hogar.
Revisa el nivel del agua todos los días, por la mañana y por la noche. Nunca dejes que la base se seque por completo. Si esto ocurre, la resina volverá a sellar el tronco y el árbol ya no podrá absorber más agua, aunque vuelvas a llenar el recipiente. Utiliza agua a temperatura ambiente. No es necesario agregarle azúcar, aspirinas u otros aditivos caseros, ya que no se ha demostrado que ayuden a su conservación.
¿Y después de las fiestas? Dale una segunda vida a tu árbol
Una vez que termine la temporada, no tires tu árbol a la basura. Muchos municipios y alcaldías, como las de la Ciudad de México y el Estado de México, implementan programas de recolección de árboles de Navidad.

Estos árboles son reciclados y convertidos en composta, que luego se utiliza para abonar parques y jardines públicos. Busca los centros de acopio en tu localidad; generalmente se instalan a partir del 6 de enero y permanecen abiertos durante varias semanas. De esta manera, cierras el ciclo de vida de tu arbolito de una forma responsable con el medio ambiente.






