“Cantando”: El disco de Cheo Feliciano que fue un éxito musical y un escándalo legal
Para los amantes de la salsa, el nombre de Cheo Feliciano es sinónimo de sentimiento, voz y leyenda. A lo largo de su carrera, nos regaló joyas musicales que se quedaron para siempre en el corazón del bailador. Una de esas producciones es el álbum “Cantando” de 1991, un disco que no solo marcó una etapa en su trayectoria, sino que también esconde una historia de controversia que sacudió a la industria musical.
Este álbum, que muchos recuerdan por el inolvidable dueto con Gilberto Santa Rosa, fue un éxito rotundo, pero también el origen de un conflicto por derechos de autor que involucró a grandes figuras de la salsa.
El renacer de un gigante: La cuarta etapa de Cheo Feliciano
Para entender la importancia de “Cantando”, hay que mirar la carrera de Cheo por etapas. Su primera época de gloria fue con el Joe Cuba Sextet. La segunda, su consolidación como solista bajo el sello Fania Records. La tercera fue un período más personal con su propio sello, Coche Records.
La cuarta etapa, a principios de los 90, significó su llegada a RMM Records, el influyente sello de Ralph Mercado. Fue aquí donde Cheo encontró un nuevo impulso, lanzando dos producciones memorables: “Los Feelings de Cheo” y, por supuesto, “Cantando”. Este último se convirtió en una pieza clave de la salsa de esa década.
Un disco lleno de estrellas y calidad musical
Lanzado en 1991, “Cantando” fue un proyecto de altísimo nivel. La producción estuvo a cargo del experimentado músico y arreglista Charlie Donato, quien reunió a una verdadera selección de estrellas. En la grabación participaron músicos de la talla de Papo Lucca en el piano, Tommy Villariny, Isidro Infante y Humberto Ramírez en los arreglos, y muchos otros talentos que garantizaron un sonido impecable.

El álbum demostró que la buena música está por encima de las etiquetas. En una época donde se debatía entre la “salsa romántica” y la “salsa dura”, Cheo Feliciano entregó un disco con letras de amor y sentimiento, pero con la fuerza y la calidad musical que siempre lo caracterizaron. Canciones como “Solo soy un hombre enamorado” y “Para darte fuego” se convirtieron rápidamente en favoritas del público.
“Yo Soy”: El dúo icónico y el origen de la polémica
La joya del álbum es, sin duda, la canción “Yo Soy”, una colaboración histórica que unió la voz experimentada de Cheo Feliciano con la de un joven y ya exitoso Gilberto Santa Rosa. El tema fue un éxito inmediato, un encuentro de dos generaciones que celebraban la esencia del sonero.
Sin embargo, aquí es donde comienza la controversia. La canción fue escrita por el cantautor puertorriqueño Glenn Monroig, quien la había grabado originalmente en 1982 para su álbum “Tropical”. Para la versión de Cheo y Gilberto, se realizó un nuevo arreglo que la convirtió en un clásico de la salsa. El problema surgió poco después.
La demanda que marcó el fin de una era para RMM
Aunque en los créditos del disco “Cantando” se menciona a Glenn Monroig como el compositor de “Yo Soy”, el cantautor inició una demanda legal contra Ralph Mercado y su disquera, RMM Records. Monroig alegó que nunca recibió el pago correspondiente por los derechos de autor de su canción, a pesar del enorme éxito que estaba generando la nueva versión.

Este conflicto legal se convirtió en un caso muy sonado en la industria. Ralph Mercado, una de las figuras más poderosas de la salsa en ese momento, enfrentó un proceso que, según reportes de la época, tuvo consecuencias significativas para su compañía. De hecho, muchos señalan esta demanda como uno de los factores que contribuyeron al posterior declive del sello RMM. La controversia dejó una mancha en un proyecto musicalmente brillante y expuso las complejas relaciones que a veces existen entre los artistas y las disqueras.

A pesar de todo, “Cantando” se mantiene como un álbum fundamental en la discografía de Cheo Feliciano. Es el testimonio de su vigencia, un disco que demostró que la calidad no tiene fecha de caducidad y una lección sobre la importancia de respetar la creatividad y los derechos de quienes hacen la música que tanto disfrutamos.






