San Judas Tadeo: ¿Por qué miles de fieles van a la iglesia este 28 de octubre?

Kenia Espinosa

2025-10-28

Los alrededores del Templo de San Hipólito se convierten en el punto de encuentro para miles de peregrinos.

San Judas Tadeo: La historia detrás de la fe que reúne a miles en México cada 28 de octubre

Cada 28 de octubre, las calles cercanas al templo de San Hipólito, en el corazón de la Ciudad de México, se transforman. El sonido de las mañanitas, el color de las flores y el andar de miles de personas con imágenes religiosas anuncian la fiesta de San Judas Tadeo, una de las conmemoraciones de fe más importantes para los habitantes del Valle de México. Familias enteras, grupos de amigos y creyentes solitarios acuden para agradecer, pedir y celebrar al conocido como “santo de las causas difíciles y desesperadas”.

 Fieles devotos cargan una imagen de San Judas Tadeo en medio de una multitud durante la celebración del 28 de octubre en la Ciudad de México.

La jornada para muchos comienza desde la noche anterior, con peregrinaciones que llegan de distintos puntos de la ciudad y de municipios cercanos como Ecatepec, Nezahualcóyotl y Naucalpan. Cargan sus figuras de yeso o cuadros enmarcados, algunos de gran tamaño, para que reciban la bendición en una de las múltiples misas que se ofician durante todo el día. Esta tradición, que se repite también el día 28 de cada mes, tiene su máxima expresión en octubre, llenando el ambiente de una energía colectiva de esperanza y agradecimiento.

¿Quién fue San Judas Tadeo y por qué se le celebra en esta fecha?

San Judas Tadeo fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret. En los textos bíblicos se le menciona como “Judas de Santiago” para diferenciarlo de Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús. La tradición católica señala que era pariente cercano de Jesús y que, tras la ascensión de Cristo, se dedicó a predicar en regiones como Mesopotamia y Persia.

Una figura de San Judas Tadeo es alzada por un devoto dentro de una iglesia, como parte de las peticiones y agradecimientos al santo de las causas difíciles.

La elección del 28 de octubre para su conmemoración no es casual. Según registros de la iglesia, en esa fecha San Judas Tadeo fue martirizado junto a otro apóstol, San Simón. Por esta razón, la Iglesia Católica los celebra a ambos en el mismo día. Su muerte, defendiendo su fe, es el motivo por el cual se le recuerda con tanta devoción en este día.

El origen de la devoción como “santo de las causas difíciles”

La fama de San Judas Tadeo como intercesor en problemas que parecen no tener solución tiene varias raíces. Una de ellas se debe a que, durante siglos, la confusión de su nombre con el de Judas Iscariote provocó que muchos fieles evitaran invocarlo. Esta situación lo convirtió en un santo “olvidado”, y la tradición popular comenzó a asociarlo con las causas “perdidas” o desesperadas.

Multitud de fieles con cubrebocas dentro del Templo de San Hipólito celebrando a San Judas Tadeo y sosteniendo sus imágenes religiosas.

Otra razón importante proviene de los escritos de Santa Brígida de Suecia, patrona de Europa, quien afirmó en sus revelaciones que Jesús le recomendó acudir a San Judas Tadeo para obtener ayuda en favores complejos y difíciles. Esta creencia fortaleció su reputación como un poderoso mediador ante Dios para quienes enfrentan problemas de salud, desempleo, situaciones familiares complicadas o cualquier circunstancia que genere angustia.

La tradición en México y el Templo de San Hipólito

Aunque la devoción a San Judas Tadeo llegó a América con los misioneros en la época colonial, su popularidad en la Ciudad de México se consolidó a partir de 1982. Fue en ese año cuando se colocó una imagen del santo en el altar principal del Templo de San Hipólito y San Casiano, ubicado en la esquina de Paseo de la Reforma y Avenida Hidalgo.

Creyentes levantan en alto diversas figuras y estatuas de San Judas Tadeo para ser bendecidas durante la misa del 28 de octubre.

Desde entonces, este recinto se convirtió en el epicentro nacional de su veneración. Cada año, miles de personas acuden no solo a pedir su intervención, sino también a cumplir “mandas” o promesas. Es común ver a personas vestidas con la túnica blanca y el manto verde característicos del santo, o regalando comida, estampitas y rosarios a otros asistentes como una forma de agradecer los favores recibidos.

Fieles con expresiones de devoción y emoción sostienen velas e imágenes de San Judas Tadeo durante la celebración en el Templo de San Hipólito.

La fe en San Judas Tadeo es un fenómeno que une la nostalgia, la esperanza y la vida cotidiana de miles de familias, quienes encuentran en esta figura un consuelo y una fuente de fortaleza para enfrentar los retos del día a día.

Peregrinos caminan junto a una anda adornada con flores amarillas que transporta una imagen grande de San Judas Tadeo, con la iglesia de San Hipólito de fondo.
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