La noche en que Lavoe sorprendió a El Gran Combo en The Village Gate
Era 1985, y El Gran Combo de Puerto Rico, con su sabrosura característica, fue invitado a presentarse en el mítico The Village Gate, un famoso club nocturno de Nueva York ubicado en un sótano de Greenwich Village, entre las calles Thompson y Bleecker. Este lugar era considerado un verdadero templo de la música, conocido por recibir a las mejores bandas de jazz, rock y música latina de la época. Tocar ahí era todo un honor, y por supuesto, la Universidad de la Salsa no podía faltar.
En una de aquellas noches memorables, mientras Rafael Ithier y su orquesta llenaban el ambiente de salsa sabrosita y candente, alguien muy especial estaba entre el público: el mismísimo Héctor Lavoe, El Cantante de los Cantantes. Héctor, quien también estaba programado para actuar esa noche, no pudo resistirse al espectáculo que El Gran Combo estaba ofreciendo y, poco a poco, fue acercándose a la tarima.
Cuando llegó al frente del escenario, Héctor, con su chispa única, empezó a hacerle señas a Charlie Aponte, quien en ese entonces era vocalista de la agrupación. Con toda la humildad y el carisma que lo caracterizaban, Lavoe le pidió permiso a Charlie para unirse a ellos en el escenario. Por supuesto, la respuesta fue un rotundo “¡Sí!”.
El público enloqueció cuando Héctor subió a la tarima, saludó a Ithier y a los músicos, y se unió a la delantera del Gran Combo, siguiendo al pie de la letra la coreografía del grupo. Lo que ocurrió después fue pura magia: dos leyendas de la salsa unieron fuerzas en una improvisada y épica presentación. Según coleccionistas y conocedores, esa noche interpretaron temas como Juan Cabeza Dura, Amor Brutal, El Caballo Pelotero, Teléfono, Timbalero y El Carbonerito.
Lamentablemente, el legendario The Village Gate cerró sus puertas en 1994, y en su lugar hoy opera una sucursal de una farmacia CVS. Sin embargo, aunque el club ya no exista físicamente, nos quedan las historias de noches mágicas como esta, en las que dos gigantes de la salsa hicieron vibrar al público con su sabor y talento.
Esas presentaciones espontáneas y llenas de sabrosura son las que mantienen viva la esencia de la salsa. Porque, aunque el tiempo pase, la música y las anécdotas de estas leyendas siguen latiendo fuerte en los corazones de los salseros. 🎶✨