El último adiós de Celia Cruz a Tito Puente: Un testimonio conmovedor
En una historia llena de complicidad y amistad, Celia Cruz, la inolvidable reina de la salsa, se despidió de uno de los grandes iconos de la música latina, Tito Puente. Antes de partir, el “Rey del timbal” hizo una llamada especial para despedirse de su querida amiga cubana. Esta es la historia completa.
Celia y su representante, Omer Pardillo, habían establecido un código secreto de golpes en la puerta como medida de seguridad. Querían evitar sorpresas desagradables en las habitaciones y camerinos durante sus giras. Una noche, en Buenos Aires, Argentina, minutos antes de un concierto, Celia escuchó el conocido golpe en la puerta. Era Omer, pero algo en su rostro dejaba en claro que algo no estaba bien.
Omer le dio la triste noticia de que Tito Puente había fallecido en Nueva York. Celia no quería creerlo, pero al encender la televisión se confirmó la triste realidad. El mundo había perdido a un músico legendario. En su autobiografía “Celia, mi vida”, escrita junto a la periodista Ana Cristina Reymundo, la cantante relató su dolor y la profunda amistad que compartió con Tito.
La historia entre Celia y Tito se remonta a la década de 1950, cuando se conocieron durante una visita del timbalero a Cuba. A partir de 1966, comenzaron a colaborar juntos, lanzando ocho álbumes que dejaron una huella imborrable en la música latina.
Para Celia, Tito fue fundamental en la difusión de la música cubana en los Estados Unidos. A pesar de no tener formación musical formal, su conocimiento y experiencia lo convirtieron en una autoridad en el tema. Durante sus giras, trabajaban incansablemente, componiendo arreglos hasta altas horas de la madrugada.
Celia se enfrentó a la prensa, que buscaba entrevistarla sobre su amistad con Tito, pero su dolor era demasiado profundo. Solo deseaba regresar a Nueva York para despedirse de su amigo. Sin embargo, las obligaciones contractuales les impidieron cancelar el concierto en Argentina.
Quince días después del fallecimiento de Tito Puente, Celia finalmente regresó a Nueva York. Al revisar los mensajes dejados en su contestador telefónico, hizo un descubrimiento conmovedor: Tito le había dejado un mensaje. Era un gesto inusual, ya que Tito no solía dejar mensajes. Escuchar su voz diciendo “Hasta luego, mi negra” fue impactante para Celia, quien guardó esa grabación como un tesoro.
La historia de la despedida entre Celia Cruz y Tito Puente es un testimonio conmovedor de una amistad inquebrantable y del impacto duradero que dejaron en la música latina. Dos leyendas que se unieron para compartir su pasión y talento, y que continúan viviendo en la memoria de sus seguidores.